Wrecking Ball

Wrecking Ball es un juego casual en el que los jugadores podrán controlar una bola de demolición. Nuestro objetivo será destruir diferentes edificios golpeándolos repetidamente con la bola, pero tendremos que hacerlo con cuidado, ya que el suministro de gasolina es limitado y cuando se acabe tendremos que empezar de cero, con el edificio nuevamente intacto.

El sistema de control de Wrecking Ball es muy sencillo. En la parte izquierda de la pantalla tendremos el stick virtual, con el que podremos controlar el mástil con la cadena de la bola. Moviendo el mástil de izquierda a derecha podremos balancear la cadena, que a su vez hará que la bola de demolición coja velocidad y pueda infligir más daño al edificio. Y ese será exactamente nuestro objetivo: destruir el edificio que tengamos delante tanto como nos sea posible, antes de quedarnos sin gasolina, momento en el que terminará la partida.

Cada vez que causemos daños significativos a un edificio, ganaremos monedas. Entre partida y partida podremos usar las monedas que hayamos ganado para mejorar tres aspectos diferentes de nuestra bola de demolición: la velocidad con la que se mueve la grúa, el tamaño del depósito de gasolina, y la longitud del mástil. Estas mejoras, que podremos ir adquiriendo poco a poco, nos permitirán causar muchos más daños a los edificios.

Mejorar la grúa no es lo único que podremos hacer con nuestras monedas. También podremos usar las monedas que vayamos ganando en desbloquear nuevos edificios y monumentos para destruir. Al comenzar el juego solo tendremos un torreón al que darle golpes, pero a medida que vayamos jugando y ganando más y más monedas, podremos desbloquear muchos edificios y monumentos adicionales, que aportarán más variedad.

Wrecking Ball es un juego muy entretenido, cuyo planteamiento y mecánica producen una gran satisfacción. A esto hay que añadir que el juego cuenta con un apartado visual muy bonito, que parece dibujado completamente a mano. Un título bonito y relajante, perfecto para cualquier momento.